13.9.08

Siempre quedan cosas por revisar. De esas que viven dentro de una. Quizás en algún momento una se anime a aceptar que, como sea, son las mismas cosas. Siempre. O quizás no, no se atreva nunca. El caso es que hay un boomerang en la city y, a la larga o a la corta, una se encuentra de nuevo en el mismo lugar de nuevo con las mismas sensaciones de nuevo con una misma sintiendo que está en el mismo lugar. Esperando, de nuevo. Aún cuando ya aprendió que no hay nada que esperar ni duda alguna: no hay nada que esperar. Aún cuando ya anduvo por acá lo suficiente como para saber que no hay nada que hacer al respecto y que, pese a todo (intentos, deseos, orgasmos),: no hay nada que esperar. Pero una se empeña en cargar con cosas que no valen lo que pesan. De nuevo. Como si no hubiera aprendido nada. Nunca. Y ahí, justo en ese punto, cuando una cree que el dolor no le ha servido para crecer, es que entiende, casi sin querer, que no hay mentira si no hay verdad y que, ¡mierda!, no hay salida si no se está escapando.... y que todo lo dolido/parido a lo mejor sólo sirve para saber que, indefectiblemente, esta canción va a terminar mal. Y eso, convengamos, vale sus llantos.

Y, ya que estamos, completo el tema de Flopa

sombras del suelo, ágiles alas,
sabias palabras, tontos recuerdos
esta canción va a terminar mal

casi olvidando dispongo pensares en ruta
ruego silencio y martillos retrucan
esta canción va a terminar mal

estamos caminando en círculos
el humo es más liviano que el aire
el aire está cargado de humos…
esta canción va a terminar mal

No hay comentarios: